Amanecemos en la chacra dormida bajo la atmósfera densa de este sábado plomizo. Humedad que se cuela por todas partes. Caminito de la entrada a la casa, hoy parece recién baldeado. ¿Será que le ha costado tanto al cielo regalarnos a Febo ?
Asistimos inmóviles a la más bella sonata. El gallo despunta sus mejores notas y las aves, que se animaron a quedarse, lo acompañan. Una Vaca se mueve entre la niebla, mugiendo su rabia ante el incremento del cereal que es su alimento. Los verdeos se han quedado secos y sus pasos lo delatan. Es que hay que caminar para encontrar un brote. Si hasta las ovejas escarban.
Solo tú mi gaucho enamorado recitas estrofas arregladas del Martin Fierro. Intentos de payadas en este 23 de Julio! Ella se te quedan pegadas a los labios, porque son tus mejores estrofas con versos.
Quieres revivir tantos muertos, capturando sus andanzas. Vas con tu mochila pesada vaya a saber a cual entierro.
L.F. Del Signore
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23 de Julio, Día del Payador
Declarado por el Congreso Argentino, en 1992, gracias al proyecto de la diputada Ruth Fernández Monjardin que al vencer su mandato se lo dejó en manos a su compañero de bancada del Partido Federal, el Dr. Andres J. Fescina, siendo este quien logró que se votara en la cámara.
“La particularidad de la payada radica en la capacidad de improvisación que posee quien la canta. Consiste en expresar los pensamientos y reflexiones en forma de canto improvisada, pero con una destreza tal que el relato se hilvana en una historia coherente musicalizada y con rima. Generalmente, los versos, son acompañados con una guitarra y, en el caso del contrapunto, se produce un diálogo en el que cada uno de los payadores responde a las preguntas de su adversario, de ahí el nombre de duelo cantado. La payada finaliza cuando uno de los dos no puede responder a la pregunta de su contrincante.”
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