Capítulo IV
Encuentro radial y la conspiración de los repuestos perdidos
La radio local FM Horizonte 97.3 tenía un programa de política moderada llamado “Mate y Opinión”. Todo muy civilizado: moderador con voz de anestesia, panelistas que asentían más que hablaban, y una audiencia que usaba la transmisión para dormir la siesta o regar las plantas. Hasta que invitaron a Arcadio.
—Con ustedes, Arcadio Ramírez, candidato del movimiento “Resistencia Romántica y Fierros para Todos” —anunció el conductor, mientras desde el fondo del estudio sonaban los ecos metálicos del bastón de Arcadio chocando con una caja de cambios que insistió en traer “como soporte técnico simbólico”.
Se sentó frente al micrófono como quien se sienta frente a la historia. Con una campera de cuero que olía a kerosene y a pasado, y una mirada digna de un prócer recién despertado de la criogenia.
—¿Qué opina de la descentralización del poder político municipal, Arcadio? —preguntó el periodista, en tono monocorde.
—¡Descentralizar! —exclamó—. ¿Pero si no tenemos ni centrado el eje de los colectivos? Hablemos claro: este pueblo necesita una alineación y balanceo emocional. Y yo traigo el kit completo. ¡Porque sé lo que es estar partido al medio, y sin repuestos!
Y ahí, como quien no quiere la cosa, metió su teoría.
—Ustedes no lo saben, pero están saboteando mi Torino. Sí, señores. Hay una conspiración municipal para que no consiga los repuestos del Maratón de Nürburgring. ¿Por qué? Porque saben que si ese Torino ruge, se viene abajo la estructura simbólica del statu quo. El auto no es solo un auto: ¡es un proyecto de país!
Nadie supo qué contestar. Una señora llamó a la radio para decir: “Yo lo votaría si me arregla la estufa.” Otro vecino dejó un mensaje de voz: “Tiene razón con lo de los repuestos. A mí me desapareció una rueda en el corralón municipal.”
Arcadio, crecido, cerró con broche de oro:
—Yo no ofrezco promesas. Ofrezco un viaje. A bordo de un Torino simbólico, que ni arranca, pero ¡es nuestro! Y eso, compañeros, eso es más de lo que ofrecen los que están ahora.
Cuando terminó el programa, la radio tuvo récord de audiencia.

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