Imagen: Barrio Latino. Paris. Francia.
Anochecía con una parsimonia que delataba el poder de la luz sobre la oscuridad. Fuerzas misteriosas que me resultaban tan amigables desde esa habitación donde los enfermeros me habían dejado. Hacia ya varios años que el idilio se nos había hecho costumbre.
Me llamaban el loco lindo, te acuerdas? Cómo no haberlo sido? Tu dulzura se colaba entre mis palabras. Mi sonrisa alegraba hasta el último rincón.
Ellos no comprendían que sin ti a mi lado, yo hubiera vivido en el peor infierno o tal vez nunca me habrían internado... lo cierto es que vivir cubierto por la bondad de un amor tan inmenso y generoso había logrado convertirme en el hombre más feliz!
Para ellos yo era un loco más de los tantos irrecuperables. Sin embargo uno nace con una misión y la mía era haberme enamorado de ti. Y si es cierto que si uno es feliz, reparte felicidad, a mí me sucedió tal cual.
El loco lindo estaba listo para ayudar en todo momento y luego volvía a recluirse en la habitación a dejarse seducir por los encantos de su amada.
Tú eras mi constante en un mundo de variables y fuimos nosotros los primeros en apreciarlo. Muchas veces me han dicho que si reniego de tu presencia me darán el alta. Ese es mi límite y lo sabes. Jamás negaría que te tengo a mi lado. Que sigan con sus oscuras vidas. Yo me duermo acompañado y sueño en mis sueños que vivo contigo!!
Relato presentado en Twitter, Reto #TÚmiPOEMA.
L.F. Del Signore.
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