Háblame y mata esta indiferencia.
Búscame y verás que cálida es mi inocencia.
Abrázame que entre tú y yo no puede terminar la noche.
Bébeme sin piedad hasta que grite tu nombre.
Habré sido flor ayer?
He sentido el aleteo de tus transparentes alas.
Un zumbido se pegó al gineceo,
haciendo que el néctar te envolviera en mil suspiros
Vacié mi i cajón de recuerdos.
Uno a uno se fueron abriendo
y yo no podía creer haberme adueñado de tantos misterios
He doblegado al pasado.
Mantengo a raya al presente
y no sé cómo evitar que te vuelvas futuro.
Noche alada que aún se queda,
si habré deseado no dormirme estando contigo.
A lo lejos me parece sentir aún el chirrido de esas gomas miserables
que intentando detenerse se quedaron con tu vida.
Y ya ves, procuro encontrarte entre mis versos de papel.
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