Cautiva y herida mi mente pervierto
Te aprieto evitando perderte
Comprendo muy tarde que tú ya no eres mío.
Inquieta presiento el error cometido.
Te suelto y exhalas el último aliento.
No hay lloros, ni lamentos.
Sola, entre los tantos momentos perdidos.
Me aferro con ansias a los recuerdos
L.F. Del Signore
Todos los derechos reservados
Comentarios
Publicar un comentario