Tengo a mi nieto en brazos mientras se lava sus primeros dientitos. Lo observo en el espejo sobre el lavabo bien blanco. Él tiene la sonrisa tierna y los ojos pícaros. Me pregunto ¿ A dónde andará en veinte, treinta años o al final de su vida? ¿Cuánto podré compartir con él?
Mientras el pequeño mira los dibujos animados, yo leo las noticias por internet. Me detengo en una de ellas que habla sobre un ser humano especial. Alguien que nació único hijo y amado. Tuvo una madre que lo nombró el bebé más lindo del mundo.
La madre, cuenta el periodista, quedó paralítica cuando el niño tenía 4 años, el padre viajante casi no lo puede ver, la vida a veces nos juega con desventajas para quienes queremos jugar.
Fue entonces que terminó este niño criándose con otras familias y debió aprender a ser aceptado.
Fue su mente creativa la que le dio la llave para lograrlo ideando juegos con sus nuevos hermanos.
Se hizo hombre y estudió una carrera que su padre tanto le pedía y luego se volcó a la ayuda social desde la psicología, ciencia que también estudió.
Luego de una vida de dar en forma permanente, este hombre de ochenta y siete años hoy nos cuenta en el artículo sobre su terrible necesidad en lo económico. Un formulario de Google se despliega al tocar un link, en él se alienta a ayudarlo con una donación desde una app de pago. Cómo no ser parte.
Observo a mi nieto enfrascado en la ilusión de las historietas que los personajes representan. Quisiera acompañarlo para siempre sabiendo que no lo podré hacer.
Cómo no ayudar a otros cuando la vida nos aporta tanto para aprender.
Imagino cuál podría ser la casa donde mi nieto viva alguna vez, o el barrio que lo verá desarrollarse. Veinte o treinta años más, toda una eternidad para él y algo tan efímero para mí. Lo veo rodeado por la mujer de sus sueños, es entonces que aprecio la delicadeza de las formas futurísticas de la edificación. Simpleza en su máxima expresión, ventanales amplios con vidrios adaptados a los cambios de luz. Curioso destino, en el futuro no será necesario poner rejas ni defensas ya que la población en su conjunto habrá aprendido su lección. Cada cual tendrá su tarea y sabrá dedicarle lo mejor. La economía mundial será muy diferente, los logros serán festejados no por conseguir más dinero sino por su efecto social. Se premiará la capacidad como la dedicación y la tenacidad. Una vida llena de verdaderos valores para vivir en paz.
Sin guerras, sin amenazas, las invenciones florecerán. Podrán enfrentar los cambios ambientales y universales. Podrán disfrutar sus vacaciones en mundos fuera de la tierra. Sabrán usar la tecnología y el acceso a la conectividad sin perjudicar el medio ambiente. Cultivarán las bacterias para descomponer la materia orgánica diaria. El sol y otras fuentes alternativas proveerán energía. El manejo de la química permitirá obtener todo lo necesario para la vida.
Sobre el transporte pienso que este será más audaz, la mente dará su salto para poder acceder a la teletransportación. Se vivirá de modo abierto entre la naturaleza y la humanidad.
Las cárceles vacías tendrán un nuevo uso, las grandes ciudades ya no servirán y el mundo desde el universo se verá iluminado en forma distribuida dejando atrás los excesos o los engaños, como el no sacarle el verdadero provecho a vivir en libertad. Será mi corazón de abuela, o tal vez mi experiencia, pero no deseo nada para él y quienes convivan en el mundo, que no fuera el sueño que todos podamos tener.
L.F.Del Signore
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