El frenesí se apoderó de todos los sonidos.
El jabón dejo de hacer espuma al ir tiñéndose de rojo.
Chispas y corte de energía en el lavadero.
Y tú sacada en la penumbra te mostrabas sin recelo.
El frío momento desembarcó en lamento.
Perdías tu esencia volviéndote una fiera.
Irreconocible te esfumabas en la cruel agonía de tus días.
Puede ser que de a ratos regresaras.
Acaso lograbas comprender lo qué pasaba?
Mujer de dulces atardeceres, ahora perdida entre el fulgor
y el desamor.
Envidia y odio derramabas,
Sin saber que a ti te te atacaban.
Demonio que lacera.
Un vacío sin razón
Perversa entre los males eternos
Allí te volvería a encontrar.
L.F. Del Signore
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