Hundirse en su atmósfera era como respirar en las mañanas del verano. El fresco hálito surgía desde las diminutas gotas suspendidas en las hojas. Temblaba imaginando el próximo paso. Anhelante, cual vampiro nocturno, intentando ingerir, el rojo fluido de su víctima.
L.F.Del Signore
Comentarios
Publicar un comentario